El país vive tiempos inéditos. Nuevamente el poderoso
movimiento estudiantil ha cubierto el territorio nacional con su presencia y
con su voz, acompañado por el pueblo que lentamente retoma su fuerza del
pasado. Han sido 45 días continuos de protesta en las principales ciudades de
Venezuela que hoy no parecen ceder ni disminuir su intensidad. Han sido también
45 días de represión sistemática y creciente, con saldo doloroso de asesinados,
torturados, golpeados con saña, detenidos, imputados judicialmente, todos por
ser responsables del infamante crimen de protestar contra un gobierno que ha
venido cerrando paulatinamente todos los espacios de la expresión libre hasta
reducirlos a intersticios impracticables. Durante los últimos días la decisión
de reprimir en todos los frentes ha elevado sus decibeles hasta el escándalo.
A las últimas manifestaciones estudiantiles, claramente
pacíficas, se les ha impedido salir de los guetos a los cuales pretende
confinar el Gobierno; los alcaldes Ceballos y Scarano han sido detenidos, éste
último además destituido y sometido a prisión sin fórmula de juicio por la, paradójicamente,
llamada Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia; otros
gobernadores y alcaldes están amenazados del mismo procedimiento y el
presidente de la Asamblea Nacional ha desatado su furia y su jauría contra la
diputada María Corina Machado, para despojarla de su inmunidad parlamentaria.
El líder político Leopoldo López fue acusado judicialmente y detenido, sin
ninguna prueba, por supuestamente haber estimulado las protestas nacionales, incrementando
la lista de presos políticos encabezada por Iván Simonovis. Se trata, pues, de una arremetida destinada a
atemorizar a toda la población y a detener a toda costa la más mínima
manifestación de protesta.
Esta decisión del gobierno de exhibir su faz más
represiva está destinada a contener las protestas sociales que han surgido
frente a los serios problemas económicos del país, imposibles de ocultar porque
se evidencian a diario en las permanentes colas de compradores de alimentos
escasos o desaparecidos y de medicinas ausentes, el asfixiante incremento de la
inflación que amenaza con superar el 56% alcanzado el año 2013, los altísimos y
crecientes niveles de inseguridad, el abandono de los servicios de salud, en
fin, el descontento general de la población por la delincuencia desbordada, aun
cuando no toda ella se suma a la protesta. Estas manifestaciones reflejan la
inconformidad e incomprensión de los ciudadanos ante el hecho de que siendo
Venezuela el país con mayores ingresos de los miembros de la organización
internacional ALBA, tiene el peor desempeño económico: el mayor déficit fiscal,
el menor crecimiento económico y la inflación más alta por causa de una
política económica que conduce a la ruina del país y al empobrecimiento del
venezolano, condenándolo a una pésima calidad de vida.
El grupo Confianza-UCV desea expresar su posición frente
a la grave situación actual. En tal sentido considera que el país necesita
con urgencia establecer un verdadero diálogo, absolutamente distinto a la farsa
montada por el Gobierno, las llamadas Conferencias de Paz, donde el presidente
pontifica interminablemente rodeado de una audiencia silenciosa y complaciente
que solo representa a sus amigos, salvo
honrosas excepciones.
Un verdadero diálogo entre gobierno y la alternativa
democrática, que se proponga efectivamente buscarle cauces a la crisis actual
del país, debe partir de ciertos requisitos indispensables que proporcionen
confianza a las partes: establecimiento de un terreno neutral, escogencia de un
acompañante o mediador de mutuo acuerdo, exigencia de ciertos compromisos para
ambas partes que den cuenta de una auténtica intención de buscar soluciones; de
una agenda que incluya los asuntos más importantes que originan las actuales
protestas, tales como la libertad de los presos políticos, el cese de la
represión, de la violación de los DDHH, suspensión de las medidas de
presentación arbitrarias y de la construcción de barricadas, así como los
problemas que afectan la gobernabilidad del país, entre otros la recuperación
de la autonomía de los poderes públicos, la designación de los integrantes que
tienen vencido su período en el Tribunal Supremo de Justicia y en el Consejo
Nacional Electoral, la designación del Contralor General de la República, el
reconocimiento pleno de los derechos de los parlamentarios que disienten del
gobierno y el cese de la progresiva limitación de la libertad de información y
expresión. En suma, se trata del
reconocimiento de la existencia de una mitad del país que se resiste a aceptar
la implantación de un régimen que no cesa de mostrar su vocación totalitaria,
que obviamente está en franca violación a lo establecido en la Constitución
Nacional. Ese es el diálogo que puede
conducir a reducir la polarización y a estimular el respeto y el reconocimiento
mutuos, como venezolanos que tienen diferencias políticas pero pueden convivir
y trabajar juntos por el país.
En medio de la crisis actual y como ha ocurrido a todo
lo largo de estos 15 años la Universidad Central de Venezuela ha sido
nuevamente víctima de agresiones por parte de los cuerpos represivos del
gobierno y de las bandas armadas identificadas con este. Las autoridades universitarias
han sido atropelladas e irrespetadas y los estudiantes agredidos por cuerpos
policiales y grupos armados que, entre otros muchos actos de brutal hostilidad,
han irrumpido en aulas y asambleas de estudiantes desplegando formas extremas
de violencia, esgrimiendo armas de fuego
y objetos contundentes, con saldo de once estudiantes heridos, varios de ellos
con graves lesiones, como ocurrió el día jueves 19 de marzo en la Facultad de
Arquitectura y Urbanismo.
Frente a estas nuevas agresiones y a la complejidad de
la situación actual del país, el grupo Confianza-UCV considera que la defensa
de la Constitución Nacional, de la autonomía y de los espacios de la UCV debe
hacerse con la Universidad abierta; que su defensa corresponde a los organismos
institucionales universitarios, sus autoridades, Consejo Universitario,
consejos de facultad, consejos de escuela, centros de estudiantes, asambleas de
profesores, estudiantes, empleados y obreros. Es en ellos, con su presencia y
compromiso, donde reposa la legitimidad y la fuerza de la institución. Solo
así, con la universidad abierta y dispuesta a la movilización, participando
activamente en las justas luchas actuales y mediante el estudio y comprensión
de los principales problemas del país, será posible una eficaz contribución de
la institución universitaria a la búsqueda de salidas a la crisis nacional y a
la reconstrucción de la sociedad venezolana. La Universidad es una institución
fundamental de la República y como tal debe ser defendida por toda la nación.
Convoquemos a la sociedad venezolana en su defensa, incorporemos a la UCV en la
construcción de la nueva convivencia democrática.
Finalmente, ratificamos como universitarios y en
especial como ucevistas, nuestro más irrestricto apego a los valores
democráticos y en consecuencia, exigimos al Gobierno Nacional el cese inmediato
de la represión indiscriminada y respeto absoluto a las normas constitucionales
y a los derechos humanos de todos los venezolanos y todas las personas que
hacen vida en el territorio del país, sin distinciones de ninguna naturaleza,
así como adelantar una investigación transparente sobre las muertes
ocurridas determinando los responsables materiales e intelectuales. Muy especialmente exigimos el mayor apego a lo
consagrado en el artículo 109 de la CRBV con respecto a la autonomía de las
universidades nacionales. Sólo el más honesto y transparente respeto a nuestra
Constitución y a los derechos consagrados en la Declaración Universal de los
Derechos Humanos podrá garantizar un verdadero diálogo y la construcción de una
paz duradera y con justicia para todos.
Ciudad Universitaria de Caracas, 24 de marzo
de 2014
Me parece que todo está dicho dentro del más cuidado lenguaje académico, pero me preocupa, que no se diga claramente que las Garantías Constitucionales están suspendidas de hecho y que no habrá respeto por figura alguna, ya sea pública o simple mortal, y que de alguna manera, esto debe hacerse llegar a los Representantes de UNASUR, si es que vienen realmente a mediar y no a una simple visita de cortesía a su aliado Maduro. El gobierno dispone de todos los medios, además de los grupos armados militares y paramilitares que están para "profundizar el proceso revolucionario" a sangre y fuego, sin contemplaciones, al mejor estilo cubano y Putinniano. Aunque no se cómo, siento que hay que hacer algo más, para poder lograr ser realmente oídos por estos "visitantes" intermediadores que están por llegar, antes de escuchar el mensaje chantajista, que seguro les hará saber Maduro apenas pongan pie en tierra. Piénsenlo!. T Navarro
ResponderEliminarEn general estoy de acuerdo con lo que el grupo confianza expresa en este documento. Solamente una sugerencia: simplemente condenar y solicitar el cese inmediato de la represión, sin calificarla como indiscriminada, ya que el gobierno ha dado muestras, desde hace tiempo, de su carácter represivo generalizado contra cualquier sector de la sociedad que demande mejores condiciones de vida o luche por sus derechos. Siendo condescendiente con los pranes que controlan las cárceles en el país y las bandas comunes y/o políticas armadas.
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