El palindrómico
título es mi particular manera de personalizar la destacada participación de
las estudiantes universitarias en las recientes jornadas de lucha.
Sairam -Marías al revés- Rivas presidenta del
Centro de Estudiantes de la Escuela de Trabajo Social (CEETS) de la UCV, fue detenida
por las tropas del general Rodríguez
Torres en la obra suprema de la malignidad planificada del Ministro: el
allanamiento que con nocturnidad perpetró los campamentos de nuestros
indignados juveniles.
Sairam, junto
con 242 jóvenes más, fue detenida en medio de un operativo que
representó un compendio de arbitrariedades, que solo esa modelo de la estatua
de la justicia que dirige la FGR no ve, tal vez porque el pañuelo que le tapa
los ojos es rojo.
Sembraron
evidencias de todo tipo para inculparlos: drogas en cantidades menos que
insignificantes para esa cantidad de jóvenes, una pistola y unos dólares
nuevecitos fueron el temible arsenal incautado; subliminal forma cruel del
Ministro de decir que a Maduro se le tumba con poca cosa. Fue una acusación
colectiva, la droga no pertenece a nadie ni la pistola tampoco, después de
reseñados soltaron a muchos de esos jóvenes, empezando por los menores; pero a Sairam la dejaron presa.
Una fina
operación le permitió, a lo que a falta de mejores términos llamamos justicia,
encontrar causas para dejar a Sairam detenida y sin visitas. Yo sé una porque soy cómplice. Cuando era director
de OBE-UCV se me acercó esa niña, de 17 años entonces, para preguntarme por las providencias
estudiantiles, desconocía el término, porque ella iba a sacar a la banda de
Kevin Ávila del CEETS. Me impresionó su
arrojo porque confesó que le daba miedo. No dudo que Sairam está presa por eso
porque, más que un gobierno, esto es un colectivo de vengativos.
El pasado 14-05-14
detuvieron a 105 muchachos en una marcha de pacífica para aburrida, soltando a
las mujeres y a los menores después de
la consabida ración de sevicia y odio de la GNB. Este uso adaptativo de las
leyes ha estado presente en todas las salvajes acciones contra el ejercicio del
legítimo derecho a la protesta de la población, está claro que quieren asustar,
amedrentar. Ninguna de las liberadas les mostró miedo y si mucho coraje, las
Marías en el espejo de Sairam. No hay
cárcel para tanta gente. “Nuestros sueños no caben en sus celdas” rezaba una
pancarta ese día. Sairam, desde el SEBIN,
nos manda mensajes por las rendijas de la prisión: que continuemos la lucha y
le mandemos libros. “Estudiar y luchar y
la patria liberar” me llegó a la cabeza inmediatamente.
Toda acción
reclama reflexión, no se le puede seguir sirviendo la vanguardia del movimiento
estudiantil en bandeja de plata a la represión, hay que conectarse más con los obreros
que hacían cola para comprar aceite a dos cuadras de la redada. El gobierno
muestra sus miedos al reprimir. Le temen a que María, bondad y valor, esté de
nuestro lado. Dios te salve, María. LIBEREN A SAIRAM.
liberen a esa niña... esbirros chabestias
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