lunes, 14 de marzo de 2016

In Memoria: Ernesto González Enders

Esas emboscadas de la vida

Ernesto González-UCV

La vida nos tendió una emboscada y se nos llevó a Ernesto González, un científico de la salud que terminó navegando en las corrientes turbulentas de las ciencias sociales, haciendo carne su verbo interdisciplinario. Venido de los andes peruanos recaló en nuestro país para hacerse investigador y docente, más tarde autoridad universitaria, un vice-rector académico de la UCV
A Ocarina
No sé si tenía razón mi mamá en su versos juveniles cuando escribía que las viudas lo que necesitan no es consuelo sino resignación, guardándose para sí todos los sentimientos y momentos vividos con su ser querido. Pero de que duele, duele, y mucho. Si el dolor y la tristeza nos embarga cuando un amigo muere, cómo no será para quien lleva el pálpito de la vida cotidiana de su compañero del día a día. 
La vida nos tendió una emboscada y se nos llevó a Ernesto González, un científico de la salud que terminó navegando en las corrientes turbulentas de las ciencias sociales, haciendo carne su verbo interdisciplinario. Venido de los andes peruanos recaló en nuestro país para hacerse investigador y docente, más tarde autoridad universitaria, un vice-rector académico de la UCV que supo conjugar la fortalezas de la continuidad de la universidad autónoma con la necesidad de su innovación, que no puede esperar, como lo demostró durante su gestión. Esos aprendizajes los repartió más tarde por otros lares del continente desde el Instituto Latinoamericano de Educación Superior de la Unesco.
Se nos fue también ese amigo lleno de bondad y buena conversación que gozamos quienes tuvimos el privilegio de estar en la atmósfera donde se abatían las cortinas de la formalidad para compartirlas pequeñas reuniones, en medio de la degustación de la cocina de diferentes latitudes.
Saber gastronómico que Ocarina y Ernesto convirtieron en la cátedra universitaria Antropología de los sabores donde han explorado los vasos comunicantes entre cultura y alimentación.
Como si no fuera duro perder un ser querido, en nuestro país de estos tiempos turbulentos ya sabemos que se agrega la angustia por todos los obstáculos que hay que vencer en medio de limitaciones de medicamentos y tratamientos, que transforman todo evento médico en un reto lleno de desasosiego, todo lo cual nos hace sentirnos que es más que una metáfora la emboscada que nos arrebató a Ernesto.
No hay vuelta de hoja, no sirve saber de la gravedad de la enfermedad, cuando llega el desenlace nos deja impotentes y sin palabras. Sólo vale abrazarnos para continuar la vida, guardando todo lo que nos regaló el destino gracias a ese buen amigo, valga la redundancia.
Ya no tendremos a quién preguntarle los secretos peruanos del ceviche con rocoto o degustar esos tiraditos con los que nos deleitaba a los amigos, pero nadie nos quita ese regalo lleno de sabor y sentimientos que Ernesto nos dejó, así como todas esas jornadas llenas de empeño incansable por pensar y actuar por una universidad y un país que supere la penumbra actual e ilumine un nuevo amanecer para su gente, donde con más sosiego podamos reírnos de todo lo bueno que nos legó este regalo de la vida que fue tener a Ernesto con nosotros.
Publicado en el Diario Tal Cual el 11 de marzo de 2016. 



In Memoria: Ernesto González Enders

 Para Ernesto:

@gastronomochicas    
Decir que dejaste un vacío es algo totalmente inadecuado, pues como puede quedar una sensación de vacío si durante años nos alimentaste de  conocimientos, experiencias, cariño, regaños y por supuesto, de las más deliciosas recetas que con mucho cariño nos preparaste.
Fuiste el apoyo incondicional, el amigo, "El profe", en cada paso del camino académico estuviste tú llenándonos de tu sapiencia, pero además, supiste llegar con tu sonrisa a cada rincón de nuestras vidas. Con vernos a los ojos sabias nuestros malestares, como buen médico veías nuestra alma y tus consejos nos calmaban y nos llenaban el corazón.
Nuestro querido Netito, en una oportunidad te dijimos que eras nuestro "Falkor", esa criatura mitológica sacada de una película de nuestra infancia, que ayuda al héroe de la historia a cumplir su misión, lo guía, lo levanta, lo llena de alegría, lo lleva en sus alas, lo aconseja y finalmente comparte su final feliz.
Al igual que en esa película, tu legado en nuestros corazones sera "Una Historia sin fin", el cariño que nos dedicaste como tus alumnas marcó nuestra vida en un antes y un después, junto a nuestra querida Oca te convertiste en más que un profesor, en un Maestro de vida, en un gran Amigo, en parte de nuestra familia.
Estos últimos meses fueron muy duros, sin embargo tu fortaleza y tu sonrisa nos daba esperanza de que todo iba a salir bien, tristemente, la vida tenía otros planes.
En estos momentos de dolor solo podemos agradecerle a Dios por habernos cruzado en el camino, nos sentimos muy afortunadas de haber podido compartir contigo,  de que nos dieras  tu aprendizaje de vida, pues fuiste un Ucevista en todos los sentidos y con todas las ganas, defensor de la libertad, de la democracia y con ello, nos hiciste mejores ciudadanas.
 Agradecemos por tus conocimientos, porque los logros académicos más importante los conseguimos tomadas de tu mano y nos ayudaste a trascender, más allá de las fronteras de las ciencias, nos apuntaste a lograr el conocimiento, a investigar con pasión por el simple placer de conocer la vida.
Además de ello y por sobre todas las cosas, hoy le gritamos al mundo lo agradecidas que somos por haber contado con tu cariño.
A nuestra querida Ocarina: no hay palabras para consolar el inmenso dolor, solo podemos decirte que no estás sola, tus niñas te acompañan, te queremos muchísimo.
Al resto de su familia, nuestras más sinceras palabras de condolencias


A ti Ernesto: ¡Gracias! 

Publicado el 1º de marzo 2016 en Blog de Gastronomochicas

miércoles, 3 de febrero de 2016

Una mirada sobre la Crisis Universitaria en WSJ

La crisis económica azota las Universidades de Venezuela
William Saavedra, un estudiante de ortodoncia, ofrece una consulta gratuita a un residente de bajos recursos del barrio 23 de Enero, en Caracas. PHOTO: MIGUEL GUTIÉRREZ PARA THE WALL STREET JOURNAL

Por  SARA SCHAEFER MUÑOZ  -  @sarasmunoz
martes, 2 de febrero de 2016 17:57 EDT
CARACAS—Hasta el mes pasado, cuando la universidad pudo reabrir sus puertas en medio de serios problemas presupuestarios, William Saavedra, un estudiante de ortodoncia de 22 años, y algunos de sus compañeros ofrecían exámenes dentales gratuitos a la población en una silla de dentista ubicada en la ajetreada Plaza Brión de esta capital.
Su motivación no era puramente altruista: esta era la única forma en que podían acumular horas de experiencia clínica. A Saavedra le faltaba sólo un año para graduarse cuando su facultad, que pertenece a la mayor universidad pública del país, suspendió las clases el pasado septiembre en medio de un recorte de 70% en el presupuesto, una huelga de profesores y la falta de suministros, desde guantes de látex a bombillos eléctricos.
Estudiantes de odontología improvisan una clínica en una azotea para dar exámenes dentales gratuitos a residentes de bajos ingresos de un barrio pobre. La facultad de odontología de la UCV suspendió las clases en septiembre ante un recorte del 70% del presupuesto, una huelga de los profesores y la falta de suministros, de guantes de látex a bombillos. Las clases se reanudaron en enero, pero la crisis está lejos de terminar. PHOTO: MIGUEL GUTIÉRREZ PARA THE WALL STREET JOURNAL.
“La idea no es quedarse en la casa o tomarse unas vacaciones”, dice Saavedra, un muchacho delgado y con cara de niño, hijo de un ortodoncista. “Buscamos actividades aunque no tenemos clase”.
La Universidad Central de Venezuela, donde estudia, ha vuelto a dar clases, pero las condiciones muestran que la profundización del colapso económico del país está también causando otra crisis, que se desarrolla en cámara lenta: la desintegración del sistema de educación pública, alguna vez considerado uno de los mejores de América Latina.
Fundada en Caracas en 1721, esta casa de altos estudios es el buque insignia del sistema universitario público de Venezuela. En los últimos cuatro años, dicen los administradores, ha perdido casi una cuarta parte de sus 4.000 profesores después de que la inflación dejó a muchos de ellos ganando jornales equivalentes al precio de una lata de atún. El presupuesto mensual para suministros y administración de su facultad más grande, que enseña ciencias sociales, economía y administración de empresas a cerca de 7.000 estudiantes, ronda el equivalente de US$186 en el mercado negro.
Los estudiantes deben completar horas de laboratorio en esta deteriorada instalación de la UCV en Caracas. La universidad ha sido duramente golpeada por los déficits presupuestarios. Los críticos dicen que la consiguiente escasez de profesionales cualificados, exacerbados por una continua fuga de cerebros, obstaculizará la capacidad del país para salir de su crisis económica. PHOTO: MIGUEL GUTIÉRREZ PARA THE WALL STREET JOURNAL.
Tratar de revertir el daño es una prioridad para la oposición venezolana, que en las elecciones de diciembre obtuvo la mayoría de escaños en la Asamblea Nacional. Un comité de nueve miembros se ha reunido con estudiantes, profesores y decanos, y planea recomendar que parte del considerable presupuesto militar de Venezuela sea canalizado a las universidades, dice Juan Andrés Mejía, un legislador de oposición y miembro del comité. Sin embargo, no está claro si se llevará a cabo, dado el enfrentamiento del gobierno del presidente Nicolás Maduro con la oposición sobre nuevas iniciativas.
“Ahora tenemos crisis petrolera, entonces el país debe aumentar su productividad en otras áreas”, dice Mejía. “¿De dónde va a venir este talento cuando las universidades cierren sus puertas?”.
Más de un millón de ciudadanos con educación superior ha abandonado Venezuela, según Tomás Páez, sociólogo de la Universidad Central, que ha estudiado el fenómeno. Como resultado de la fuga de cerebros y la continua crisis universitaria, dicen economistas y expertos en educación, el país enfrenta un grave déficit de trabajadores calificados, incluyendo emprendedores y cirujanos.
“Necesitamos gente educada para sacarnos de la situación en que estamos”, asevera Ulises Rojas, vicerrector académico de la Universidad de Carabobo.
Estudiantes de odontología de la UCV tomaron la iniciativa de establecer clínicas improvisadas para residentes de bajos ingresos de Caracas porque era la única forma en que podían conseguir la experiencia clínica que necesitan para graduarse después de que las clases fueran suspendidas el año pasado. PHOTO: MIGUEL GUTIÉRREZ PARA THE WALL STREET JOURNAL.
Las universidades públicas son responsables de ocho de cada 10 diplomas universitarios que se otorgan en Venezuela. El resto corresponde a instituciones privadas y a la red de las llamadas universidades bolivarianas, creadas por el gobierno izquierdista del presidente Hugo Chávez con el objetivo declarado de educar a los estudiantes para que apoyen la revolución del pueblo.
Las universidades públicas sufrieron bajo Chávez, que fue presidente entre 1999 y 2013, y su sucesor Maduro. Los recortes presupuestarios, la creciente escasez y una tasa de inflación que el año pasado llegó a 275% han agotado las becas de alojamiento para estudiantes y postergado obras de mantenimiento básico. Muchos profesores han huido al exterior.
Una estudiante de odontología toma una placa de rayos X a un paciente el viernes con un equipo antiguo durante una clase de laboratorio de la UCV en Caracas. La universidad interrumpió las clases el año pasado frente a un recorte presupuestario del 70% y otros problemas. PHOTO: MIGUEL GUTIÉRREZ PARA THE WALL STREET JOURNAL.
Los detractores dicen que el gobierno no escatima fondos para las fuerzas armadas o las ideologizadas universidades bolivarianas.
“La única importancia de la educación para el gobierno socialista ha sido la utilización de un mecanismo para convertir a los jóvenes a la ideología socialista y marxista”, afirma Páez.
En 2014, el entonces ministro de Educación, Héctor Rodríguez,causó un escándalo cuando dijo: “No es que vamos a sacar a la gente de la pobreza para llevarlas a la clase media y que pretendan ser escuálidos”, un término ampliamente usado por los chavistas para referirse a la oposición. Un documento oficial de planificación educativa de 2013 fija como meta “impulsar la transformación universitaria (…) en torno a los objetivos estratégicos del proyecto nacional”.
Estudiantes de odontología de la Universidad Central de Venezuela (UCV), la mayor universidad pública del país, llegan al barrio 23 de enero, Caracas, para dar exámenes bucales gratuitos a residentes pobres. Los estudiantes de odontología UCV están luchando para completar sus estudios en medio de recortes presupuestarios y están decididos a mantener su registro de experiencia clínica por su propia cuenta. PHOTO: MIGUEL GUTIÉRREZ PARA THE WALL STREET JOURNAL.
Funcionarios de educación del gobierno no devolvieron las llamadas en busca de comentarios.
Después de años de recortes presupuestarios y de tensión entre las universidades y el gobierno, en agosto Maduro apretó aún más los tornillos, exigiendo que las universidades acepten entre 50% y 75% más de nuevos alumnos, muchos de familias pobres. Sostuvo que la actual competencia para ingresar a las mejores universidades públicas, basada en méritos, favorecía a los ricos.
Sin embargo, al tiempo que obligaba a ampliar la inscripción de alumnos, el estado recortó los presupuestos universitarios para 2016 entre 70% y 80%. Las universidades públicas consideran que el objetivo de esos recortes es hacerlas desaparecer. “No hay suficiente para nada, ni siquiera para los bombillos” de luz, dice Adelaida Struck, decana de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Central.
Un hombre espera para ser atendido el sábado pasado por estudiantes de odontología que dan los exámenes sin costo. La pancarta habla de los estudiantes de la UCV “hoy y siempre”. PHOTO: MIGUEL GUTIÉRREZ PARA THE WALL STREET JOURNAL
Furiosos, los profesores se declararon en huelga. Algunos se reintegraron a sus puestos a finales de noviembre y la universidad reabrió sus puertas en enero, pero profesores y estudiantes creen que la institución se paralizará nuevamente a menos que haya una gran inyección de fondos.
Mientras tanto, la delincuencia se ha disparado en los campus. La Universidad de Carabobo ha solicitado la presencia policial en respuesta a un promedio semanal de cinco robos a mano armada a estudiantes. Bandas de ladrones les roban teléfonos celulares, tornos dentales, libros y cualquier cosa que pueda ser vendida en el mercado negro.
Daniella Liendo, estudiante de medicina de la UCV, toma la presión arterial a una residente del barrio marginal 23 de Enero, en el oeste de Caracas. PHOTO: MIGUEL GUTIÉRREZ PARA THE WALL STREET JOURNAL
En septiembre, un estudiante de administración de empresas y contabilidad de 23 años quedó parcialmente paralizado luego de recibir un disparo durante un robo cuando salía de un edificio de la Universidad Central a las 6:45 de la tarde Bandas en motocicletas patrullan regularmente el campus, robando e intimidando a los estudiantes, cuenta Carlos Benucci, un estudiante de sociología.
“Delincuencia, huelgas, falta de materiales; sencillamente no tenemos las condiciones normales que los ciudadanos deben tener para la educación”, dice.
Saavedra contactó recientemente a la filial local de la multinacional estadounidense Colgate-Palmolive Co., que donó algunos suministros y dio presentaciones sobre lo último en salud bucal. Para mantener la moral, el joven organizó luego una fiesta para los estudiantes, que aparecían disfrazados de molares y caries.
“Estoy frustrado por toda la pérdida”, dice Saavedra.

—Anatoly Kurmanaev y Juan Forero contribuyeron a este artículo.

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Nota de @ConfianzaUCV: 
Se respetó el contenido original del artículo. Solo se hizo edición del formato del texto para su mejor inserción en el Blog. Las fotos pueden ser vistas con detalle en la publicación original del artículo en las páginas de The Wall Street Journal