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viernes, 26 de septiembre de 2014

El Colegio de Ingenieros en la mira por Alberto Lovera

El viernes 3 octubre se celebran las elecciones del Colegio de Ingenieros, Arquitectos y afines (CIV) para sus autoridades nacionales y regionales. Como suele suceder en los tiempos que corren en nuestro país, un hecho que debería ser ordinario se transforma enextraordinario. La presión del gobierno, incluidos los pronunciamientos del propioPresidente de la República, tratando de modificar la voluntad mayoritaria de los más de 200.000 agremiados en todo el país, hacen que una competencia electoral se transforme en un hecho de importancia política. 

Como ha sido su costumbre el régimen actual quiere someter a todas las instituciones y ciudadanos a sus designios. No lo ha logrado con el CIV por la tenacidad y voluntad mayoritaria de sus agremiados, quienes han defendido la autonomía de ese gremio, donde conviven y trabajan, hay que decirlo, todas las corrientes de opinión de nuestro país. 

Una cosa es el legítimo derecho que tienen todos de plantear sus diferentes ópticas y programas para la conducción del CIV, otra muy distinta que el gobierno y el Estado coloquen todos sus recursos y presiones para intentar modificar la actual correlación de fuerzas en ese gremio. Se percibe que la plancha de la unidad democrática, plancha siete (7), que preside el Ing. 

Enzo Betancourt, no se confronta con otra de orientación oficialista, sino al intento de avasallamiento de todo el poder gubernamental, que pretende someter a esa organización a sus planes de la forma que nos tiene acostumbrados: con la imposición y la negación dela pluralidad. 

El resultado de las elecciones del CIV adquiere una gran importancia política. Un nuevo triunfo de las fuerzas democráticas ratificaría, también ese ámbito, el anhelo y la necesidad de una rectificación del rumbo político y económico de nuestro país. Pero no sólo eso, es la defensa de la necesaria autonomía y pluralidad que debe imperar en los gremios, al contrario de lo que pretenden los actuales inquilinos del poder, que es colocarlos como herramienta sumisa a sus deseos de perpetuarse en él. 

La reconstrucción democrática de nuestro país requiere de gremios fuertes y responsables, comprometidos con las necesidades nacionales y no las de una secta excluyente. A todos los profesionales, cualquiera sea su opción política, les conviene un CIV con voz propia, solidez institucional y un clima de respeto a la pluralidad de las opiniones. No es eso lo que quiere el gobierno, que no concibe sino gremios sometidos y sumisos. Los electores del CIV tienen en sus manos evitar que esta institución sea desnaturalizada y pierda su misión al servicio de nuestro país y de todos los venezolanos. 

De la elección del CIV estamos todos pendientes, agremiados o no, no sólo porqueaspiramos la ratificación de su conducción democrática, sino porque sería una nuevaseñal del avance de las fuerzas que con voluntad y trabajo tesonero aspira un paíspróspero donde quepamos todos, sin exclusiones ni imposiciones.

@teclalegre



viernes, 23 de mayo de 2014

¿Dónde quedaron los derechos democráticos? Alberto Lovera

Desde que se desató la presente ofensiva represiva en contra de las protestas estudiantiles y ciudadanas uno tiene la percepción de que nos han estado engañando sobre la nueva óptica que se le imparte a los cuerpos represivos. Se nos dijo, y uno lo tomaba comouna buena y esperanzadora noticia, que los principios de actuación del Estado para disuadir y reprimir estarían apegados a la garantía de los derechos humanos establecidos en nuestra Constitución. 




No es que el comportamiento represivo del gobierno haya sido impoluto en el pasado reciente, muchos eventos desdecían el discurso oficial en pasadas jornadas de protestas sucedidas en diferentes momentos desde que se instaló en el poder el nuevo elenco político, pero había la esperanza (lo último que se pierde) deque habría una rectificación a fondo sobre nuevas bases. 

Mucha crítica y condena a comportamientos claramente censurables durante la época de la república civil no han estado acompañadas con una nueva óptica capaz de conciliar el ejercicio de las libertades democráticas con una acción estatal respetuosa de los derechos humanos. 

De lo que hemos sido testigos en los últimos meses en términos de represión desmedida y atropello a los más elementales derechos constitucionales, deja muy mal parada la supuesta nueva óptica respetuosa de los derechos humanos ante el legítimo ejercicio de la protesta ciudadana. 

El inventario es aterrador: violenta represión a manifestaciones pacíficas, uso de grupos paramilitares como fuerzas de choque contra manifestantes que acompañan las acciones de los organismos represivos, detenciones arbitrarias; irrupción en centros de salud para detener manifestantes; violación de los preceptos de la LOPNA en el caso de menores de edad; allanamientos sin órdenes judiciales; detenciones, juicios sumarios, utilización de regímenes de presentación en los tribunales yencarcelamiento de dudosa legalidad; tratos crueles y torturas a detenidos; interpretaciones jurídicas espurias de los derechos constitucionales para satanizar las protestas, convertidas todas ellas, incluso las más pacíficas y cívicas, en actos sediciosos aunquesus reclamos y demandas estén en el marco constitucional; anulación aún más intensa de la separación de poderes públicos, apareciendo todos ellos en connivencia con la cúpula del poder, cuya única preocupación parece ser prolongar un mandato empeñado en confundir sus intereses mezquinos, pero incapaz de trabajar para toda la ciudadanía, que sufre los desatinos de su política económica y social que castiga la vida cotidiana de losvenezolanos, sordo al reclamo de una rectificación a fondo y lanecesidad de un clima de reconciliación nacional. 

Si los partidarios de este nuevo elenco en el poder soñaron con una nueva agenda para el manejo de los asuntos públicos y un ejercicio pleno de los derechos democráticos, la forma en que está actuandola cúpula del poder no dejará un legado sino los despojos de una estafa política que en nombre de nobles ideales lo único que le parece interesarle es cómo prolongar los privilegios de unos enchufados que medran para ellos mismos, pero dejando al pueblocomo el gran ausente de un horizonte de progreso que sigue pendiente. 

sábado, 29 de marzo de 2014

Un presente que se agota



Sin que cese la indignación por la agresión violenta y cobarde de los paramilitares chavistas a la comunidad de mi Facultad de Arquitectura de la UCV, tenemos que seguir batallando contra esta arremetida autoritaria que ya no repara ni en las formas en su intento por perpetuarse en el poder a cualquier precio. Represión desmedida, tratos inhumanos a detenidos, reaparición de la tortura, allanamientos y detenciones arbitrarias, un sistema judicial plegado sin el menor decoro a las órdenes de la cúpula del poder, detención de dirigentes y alcaldes opositores, destituciones ilegales a diputados. En fin, abuso de poder. Un autogolpe en pleno desarrollo, donde se van desconociendo los pocos resquicios de institucionalidad democrática, tratando de desalentar y castigar la protesta ciudadana sin que logren doblegarla.

Las razones de la protesta y la irritación de los más variados sectores sociales siguen allí. Para orientar la lucha hay que empeñarse en entender las claves de la crisis política, social y económica que nos abruma. 

El chavismo ha tenido un pasado, un presente, pero su futuro se desvanece. Intenta prolongar su presente haciendo uso del poder del que todavía dispone, pero se leagota. Ahora lo que exhibe es el poder despótico, represivo, cuando antes su apoyo era consensual, masas que se sentían interpretadas por sus ejecutorias se han tornadoen desconfiadas, molestas y hasta opositoras. Ya no confían que el que la cúpula del poder esté interesada en su bienestar, sino en perpetuarse gozando de las mieles depoder. El intento de prologar un presente cada vez se hace más huidizo. La percepción de que nuestro país se nos está desmoronando a pedazos es notoria. Lo viven en carne propia los más variados sectores sociales. Escasez, desabastecimiento, inseguridad, alzas de precios, ineptitud en la gestión pública, son evidencias incontrovertibles de que el modelo de gobierno hace aguas por todas partes. En medio de la rebelión ciudadana que estamos viviendo, se sigue impulsando a cuentagotas un programa de ajuste económico draconiano, intentando darle respiración artificial a un modelo que tantas veces se ha mostrado inviable. La víctima es el ciudadano de a pie que se encuentra sometido a un deterioro progresivo de sus condiciones de vida y de trabajo. Las mejoras de ingresos que vivieron los sectores populares en los años anteriores se desvanecen. 

Hay un intento de extender el presente de un modelo de gestión económica y política que ya no da más. Los intentos de ponerle parches cada vez se muestran másinfructuosos. El gobierno ha intentado evadir la necesidad de una rectificación radical de su orientación. Se ha colocado en un curso agónico, más corto o prolongado, pero terminal. El gobierno puede prolongar su agonía con medidas de pasajera eficacia, pero más temprano que tarde debería leer las señas de la insatisfacción ciudadana, que le dice que su presente se agota y que tiene que abrir un espacio para una reorientación de curso de la sociedad venezolana, donde no puede seguir negando las necesidades y aspiraciones de al menos medio país. Reconocer al otro es imperioso si se busca una salida viable. Si se busca abrirle paso al futuro y no prolongar un presente inviable.