lunes, 26 de mayo de 2014

CARTA ABIERTA AL PROFESOR JUAN JOSÉ PÉREZ RANCEL por el Prof. Luis Millán.


Estimado y respetado Prof. Juan José Pérez Rancel, amigo

He leído con mucho detenimiento su comunicación circulada por la red, tituladaBLACK –OUT  en le FAU  y no pude satisfacer su pedido de que no nos diésemos por aludidos ante lo que Ud. mismo califica de “agresividad”, con demanda de perdones incluida. Y, francamente, he llegado a la conclusión de que la misma está atravesada por una evidente contradicción; porque, ciertamente, esa denominación con la cual Ud. de manera desproporcionada, pretende calificar los esfuerzos que hemos hecho por mantener abierta y activa la FAU y la UCV, es aplicable con exactitud a su propia comunicación. Ella es en sí misma un intento por construir un Black-Out, porque pretende ponerle una máscara a lo que ocurre aquí para desvirtuarlo y descalificarlo.

Estimado profesor, la vuelta a clases –sin comillas-, en las circunstancias precarias de los últimos años,  y que ahora se agravan al extremo, no le hace un favor al oficialismo, como Ud, lo sugiere; porque el régimen se frotaría las manos si aquí cerramos puertas para irnos a la calle. Esa “bandejita de plata” no pasaría desapercibida, ni sería desaprovechada por este elenco del poder absoluto, dado sus claros objetivos de ver liquidada a la Universidad Autónoma venezolana. Se pueden hacer las dos cosas y es necesario hacer más de tres. El panorama que nos acogota es tan complicado que merece crear estrategias mucho más complejas que la de “dejemos esto y vamos a la calle”. No, hay que hacer esto, aquello  y lo otro también. En mis tiempos de estudiante, cuando se luchaba por más democracia, contra un gobierno que no era tanto, teníamos un lema que bien vale hoy: “ESTUDIAR Y LUCHAR”: No era lo uno o lo otro, eran ambas cosas. Y ante el valor de los compromisos y consciencia, cada quien asumía su responsabilidad.

La vuelta a clases –de nuevo sin comillas-, en las circunstancias que sean,  no puede ser considerado como un acto indigno, tal como Ud lo califica. No existe un acto humano más digno y hermoso que intentar enseñar y aprender, al otro y del otro, al mismo tiempo; sean cuales fueren las circunstancias –insisto-. Aquí no se ha hecho ni se hará, jamás, caso omiso de lo que está pasando en la calle. La crueldad de este régimen ante la incuestionablemente valerosa actitud de nuestros estudiantes es un acontecimiento inocultable que nos conmueve y merece nuestra conciencia y coraje activos las 24 horas del día de todos los días.  Creer lo contrario es desvalorizar la misión ciudadana de profesores y estudiantes, distorsionando y confundiendo el sentido de sus acciones en este tiempo.  Usted se equivoca cuando pretende hacer esto; o sea, hace Black-Out.

Aquí no hay estudiantes, profesores, ni trabajadores con gríngolas; no hay un miembro de esta comunidad que haya hablado de “situación normal”, ni de clases “normalitas”, no.  Porque el propósito concertado ha sido desplegar esfuerzos para restablecer un nivel de actividad posible, que permita mantener vivo este escenario de lucha, tan importante como la calle –conscientes de que se trata de una suerte de contingencia latente-, y crear las posibilidades de mantener espacios de reflexión, de intercambio, de contrastación de posturas, de  concertación de acciones y de respeto a la diversificación de las mismas; y de aprendizajes de otras cosas propias de la disciplina. En este discurrir interno es donde se fortalecen las actitudes, el pensamiento, los argumentos y la razón para actuar sin flaquezas y con la dignidad del ser universitario en el escenario de la academia; pero también, en otros que forman parte de nuestro complejo ejercicio ciudadano, siempre agregándole el plus que la situación demanda: las asociaciones de vecinos, el entorno familiar, los colegios profesionales, las comunidades educativas, las colas en el automercado, el banco, o el teatro y otros;  porque este asunto no se resuelve solo con acciones de calle, propiamente dichas.
Estimado Profesor, amigo ¿Ud realmente cree que aquí tenemos colegas “prestados a una farsa”, como Ud. lo expresa? ¿Qué nuestros chamos del CEA y toda la organización de delegados que han creado, están “neutralizados”, al igual que el “50%” del resto de los estudiantes? (Numero, por cierto, imaginario, al igual que las colas para retiro de asignaturas en Control de Estudios). Creer lo primero es una desconsideración  con nuestros compañeros, por decir lo menos; y lo segundo,  una visión contradicha por la realidad. Yo, en cambio, estoy totalmente convencido de lo contrario; pues, por un lado, creo en mis compañeros y los respeto ante todo, Usted incluido, por supuesto. Y en lo que a los muchachos se refiere, puedo afirmar, con toda responsabilidad, que no ha habido en mucho tiempo en la FAU un grupo de estudiantes organizados más conscientes, comprometidos, con capacidad de iniciativa y activos que los dirigentes actuales. Ellos se seguirán formando como ciudadanos universitarios integrales, a pesar de las circunstancias y de nosotros mismos como profesores; porque no depende solo de nuestra intervención.

No es este un espacio para detallar la cantidad de reuniones, formales e informales, encuentros, debates, documentos elaborados individualmente por profesores y estudiantes, por grupos de profesores y por grupos de estudiantes, por instancias académicas, por el Consejo de Facultad y Consejos de otras Facultades, por nuestro COCOA, por el Consejo Universitario, por la APUCV, por la FCU. Al igual que importantes acciones y gestiones –en número y calidad- que desde diferentes entidades internas y actores, se han producido en reconocimiento, solidaridad, defensa y apoyo efectivo a los estudiantes que han asumido, con la responsabilidad de su ciudadanía universitaria, la lucha puertas afuera por un mejor país y un futuro digno, a quienes se ha violado criminalmente sus derechos humanos, por todos los organismos del Estado que deberían garantizarlos. Lo que hemos hecho nunca será suficiente. Pero  ¿No es eso una demostración fehaciente que tenemos miradas puestas hacia adentro y hacia la calle? ¿Y que ello ha sido posible porque mantenemos activa, a toda costa, la FAU y la UCV?

Profesor, amigo, cuando Ud nos pide que le pasemos por encima a su autoadjetivada “agresividad” y que no nos sintamos aludidos, está pidiendo –ni más ni menos- que hagamos un BLACK_OUT a su carta. Y cuando anuncia la realización de una marcha convocada por FAPUV y APUCV en solidaridad con los estudiantes venezolanos, expresando su deseo de que “ojalá podamos hacer ese poquito por ellos” y por alguna razón, respetable y seguramente justificada, no asiste a la misma, se está haciendo BLACK-OUT usted mismo. Yo no lo cuestiono por ello. En cambio, algunos profesores de los que Ud. considera “incorporados a esta farsa”, nos incorporamos también a la marcha; o sea, hicimos “el poquito” aludido por Ud. Por eso digo que la situación es muchísima más compleja de lo que imaginamos.

Es evidente, tal como Ud. lo asegura, que no hay “normalidad” en la UCV y la FAU. Yo supongo que en su año sabático tampoco la hay. Lo que sí hay aquí es una comunidad informada, que debate, consciente, totalmente activa con iniciativas hacia lo interno y hacia la calle. Cuyos miembros, sobre el fundamento de su propia consciencia, eligen con responsabilidad, y sin que nadie los empuje, las trincheras desde las cuales quieren desplegar su lucha por el país, por todos los venezolanos y por la Universidad, para corresponder al trascendente rol que, como institución indeleble, le ha tocado desempeñar en casi tres siglos de existencia.
Con estima y respeto
Luis Millán

PD: No pretendo establecer una diatriba sobre estos temas con Ud. Solo, motus propio, estoy ejerciendo mi derecho a réplica como miembro de la comunidad académica de la FAU


Prof. Luis Millán

Coordinación Central del SEDUCV
División de EaD de la Facultad de Arquitectura de la UCV


BLACK-OUT en la FAU. Prof. Juan José Pérez Rancel


Cuando desde el 11 de abril de 2002 las televisoras venezolanas pusieron comiquitas para ocultar la masacre que el gobierno cometía contra la población desarmada, quisieron aparentar normalidad escondiendo “lo anormal”, quisieron tapar la realidad mostrando la fantasía, pretendían bloquear la información sobre la masacre en curso, distrayendo a los televidentes, a quienes siempre han considerado incapaces de juicio propio. Se conoció como “el black-out” informativo.

Cuando desde el 12 de febrero de 2014, ya francamente hegemónico el régimen propagandístico chavista, se activó su aparato de dominio para desinformar la verdad de lo que protagonizaban los estudiantes universitarios venezolanos en las calles de nuestras capitales, las pantallas televisivas gobierneras o autocensuradas, las infinitas emisoras de radio pro-oficialistas o con funciones distractivas, las redes sociales difusoras de la propaganda del régimen, bloquean la información, neutralizan la realidad, tergiversan las evidencias, mienten cínicamente, igual que entonces, pero ahora oficialmente.

En ambos casos el afán de esos mediocres que se autodefinen “revolucionarios” es negar la realidad, esconder la verdad, aparentar normalidad, simular tranquilidad, hacer una “paz” a la fuerza, actuar como si nada. Puro “black-out”. Puede salir el idiota de Maduro con un bate en la mano para aparentar que es pueblo, sin saber batear, o puede el inepto que hace las veces de ministro del interior, inventar un libreto de novelucha policial, sin dar una prueba, pura fantasía. Pueden anunciarse las mismas obras varias veces, sin que terminen de construirse, o pueden mostrarse fotos de anaqueles repletos, sin decir en dónde y cuándo. Un tinglado de mentiras y trampas. Un escenario para crédulos, un mensaje para autoconvencerse ellos mismos y para engañar a los desinformados y a los desprevenidos.

Incapaces de imaginar que gente como los universitarios puede tener criterio y sabe leer entrelíneas, el régimen y sus agentes estudiantiles y profesorales dentro de las universidades supusieron que reiniciando las actividades académicas se acabarían “las protestas”. “Black-out”. Craso error, pues no han desaparecido las razones para protestar. Craso error, pues la mitad de la población estudiantil es la que eventualmente asiste, a unas aulas recortadas, disminuidas, perplejas de sí  mismas, estupefactas ante tanta indignidad. Porque es indigno volver “a clases”, cuando faltan los otros compañeros, los que han sido secuestrados por el régimen, los que continúan asistiendo en las calles a las lecciones que ellos mismos están dando a la sociedad.

¿Cuál normalidad se quiere aparentar con la “vuelta a clases”? ¿Es normal ir a clases sabiendo que el gobierno chavista mató a la mayor parte de los 44 jóvenes asesinados por los neofascistas motorizados militarizados? ¿La normalidad es tener un ThinkThank o unas jornadas de investigación para demostrar que la FAU y las universidades, pueden seguir produciendo tranquilamente conocimientos a pesar del estrangulamiento financiero al que hemos estado sometidos desde 1983 (Ley de Homologación) por los sucesivos ministerios? Black-Out.

Una jovencita, casi casi una quinceañera que cursa Diseño III, respondió a mi asombro de verlos asistir silenciosos a las “clases” de diseño y a las otras, diciéndome: “nosotros hablamos entre nosotros y con los profesores, pero nadie hace nada, no pasa nada…” Y muchos de los profesores incorporados a esta farsa, sólo “dan clases” bajo este tiroteo. Algunos dedican unos minutos a “plantear el problema” o a “hablar de las protestas”, para luego retomar el hilo de los programas y ver cómo se salva el semestre. Misión cumplida: el chavismo logró su objetivo de neutralizar al CEA y al 50% de los estudiantes de Arquitectura. Seguridad en las puertas y en los estacionamientos, mientras la otra mitad de los estudiantes enfrentan afuera los perdigones, la violencia y humillaciones de los robocops y malandros parapoliciales. Horarios seguros, para no tener que escuchar las detonaciones ni respirar el gas. Organización para salir en grupos después de diseño, por el peligro de la oscuridad, de las sombras ¡¡ vaya manera de vencer las sombras !!

Mientras tanto, otros hacen largas colas, pero no para comprar harina ni aceite, sino para pedir en control de estudios el retiro de las materias o para solicitar las notas certificadas en secretaría UCV, pensando en un futuro que aquí está postergado.

Bajo las condiciones actuales, de violencia desbordada del gobierno en contra de las universidades y sus estudiantes, es ya ficción imaginar que pueden complementarse las “clases” con actividades de “concientización”, agitación o incorporación. Esta normalidad de la FAU, entristece, indigna, asombra, desmerita la herencia rebelde que Arquitectura se construyó en otros tiempos. Esta “vuelta a las aulas” es una máscara, una treta, una emboscada, una trampa caza ilusos.

La UCV no está normal. Es falso que la UCV puede seguir funcionando con cuentagotas presupuestario. Es un empeño ilógico trabajar o estudiar bajo estas condiciones, las financieras y las académicas, las de inseguridad y las de violencia interna y externa al campus. El semestre no existe más, los calendarios son relativos, eternamente reconducidos, efímeros. Preguntémonos cuál debe ser el perfil de los estudiantes ante esta debacle de país, revisando el currículo bajo estas condiciones.

¿Serán universitarios integrales los arquitectos que se gradúen a pesar de que sus compañeros quedaron presos o rayados por expedientes inconstitucionales? ¿Cómo podrán saludar a sus compañeros en el futuro, cuando les pregunten en dónde estaban cuando cerraban las cicatrices de sus torturas? ¿Será arquitectónico hacer abstracción del contexto, del espacio, del tiempo, del momento histórico? ¿Podrán los profesores de la FAU “dar clases” asépticamente, con gríngolas y tapones, bajo estas circunstancias? ¿Cuál es la validez de un proceso de aprendizaje, forzado en medio de este desmoronamiento del país? ¿Dónde queda el rol integral del profesor, según el Reglamento del Personal Docente, que lo compromete con los Valores más allá de la transmisión de conocimientos o métodos?

No era posible prever cuando comenzó mi Año Sabático, que cinco días después moriría Bassil DaCosta. Lamento no haber tenido oferta docente este semestre. Pero estar de sabático no implica aislarse de aquel Reglamento que aquí invoco. Pido a los colegas profesores que perdonen la agresividad que puedan sentir en este escrito y que no se den por aludidos, pues sé que algunos de ustedes han hecho lo que consideran correcto.

Este texto va dedicado a los estudiantes de arquitectura David Acuña, Emilio Fernández y Carlos Borges, cuyos ejercicios de diseño se fueron dentro de las computadoras que les robaron los policías al allanar sus casas. Y a su comprometido profesor Gianni Napolitano, así como a los estudiantes de arquitectura que han sido detenidos, torturados, fichados, vejados. A los que han estado presentes en cualquiera de las múltiples maneras de estarlo.

Esta semana habrá una marcha convocada por la FAPUV y la APUCV en solidaridad con los estudiantes venezolanos en esta hora aciaga. Ojalá podamos hacer ese poquito por ellos. Ojalá que se sientan apoyados por sus profesores y por sus compañeros que están yendo a las aulas: podrán asistir como si fuese una actividad extra-cátedra de todas las asignaturas del pensum: es una actividad por la dignidad universitaria. No hay “normalidad”, el chavismo también la asesinó.


Prof. Juan José Pérez Rancel
Sector Historia y Crítica
EACRV / FAU / UCV
19 de mayo de 2014


viernes, 23 de mayo de 2014

¿Dónde quedaron los derechos democráticos? Alberto Lovera

Desde que se desató la presente ofensiva represiva en contra de las protestas estudiantiles y ciudadanas uno tiene la percepción de que nos han estado engañando sobre la nueva óptica que se le imparte a los cuerpos represivos. Se nos dijo, y uno lo tomaba comouna buena y esperanzadora noticia, que los principios de actuación del Estado para disuadir y reprimir estarían apegados a la garantía de los derechos humanos establecidos en nuestra Constitución. 




No es que el comportamiento represivo del gobierno haya sido impoluto en el pasado reciente, muchos eventos desdecían el discurso oficial en pasadas jornadas de protestas sucedidas en diferentes momentos desde que se instaló en el poder el nuevo elenco político, pero había la esperanza (lo último que se pierde) deque habría una rectificación a fondo sobre nuevas bases. 

Mucha crítica y condena a comportamientos claramente censurables durante la época de la república civil no han estado acompañadas con una nueva óptica capaz de conciliar el ejercicio de las libertades democráticas con una acción estatal respetuosa de los derechos humanos. 

De lo que hemos sido testigos en los últimos meses en términos de represión desmedida y atropello a los más elementales derechos constitucionales, deja muy mal parada la supuesta nueva óptica respetuosa de los derechos humanos ante el legítimo ejercicio de la protesta ciudadana. 

El inventario es aterrador: violenta represión a manifestaciones pacíficas, uso de grupos paramilitares como fuerzas de choque contra manifestantes que acompañan las acciones de los organismos represivos, detenciones arbitrarias; irrupción en centros de salud para detener manifestantes; violación de los preceptos de la LOPNA en el caso de menores de edad; allanamientos sin órdenes judiciales; detenciones, juicios sumarios, utilización de regímenes de presentación en los tribunales yencarcelamiento de dudosa legalidad; tratos crueles y torturas a detenidos; interpretaciones jurídicas espurias de los derechos constitucionales para satanizar las protestas, convertidas todas ellas, incluso las más pacíficas y cívicas, en actos sediciosos aunquesus reclamos y demandas estén en el marco constitucional; anulación aún más intensa de la separación de poderes públicos, apareciendo todos ellos en connivencia con la cúpula del poder, cuya única preocupación parece ser prolongar un mandato empeñado en confundir sus intereses mezquinos, pero incapaz de trabajar para toda la ciudadanía, que sufre los desatinos de su política económica y social que castiga la vida cotidiana de losvenezolanos, sordo al reclamo de una rectificación a fondo y lanecesidad de un clima de reconciliación nacional. 

Si los partidarios de este nuevo elenco en el poder soñaron con una nueva agenda para el manejo de los asuntos públicos y un ejercicio pleno de los derechos democráticos, la forma en que está actuandola cúpula del poder no dejará un legado sino los despojos de una estafa política que en nombre de nobles ideales lo único que le parece interesarle es cómo prolongar los privilegios de unos enchufados que medran para ellos mismos, pero dejando al pueblocomo el gran ausente de un horizonte de progreso que sigue pendiente. 

martes, 20 de mayo de 2014

Marías: Sairam en el espejo. por @rricardorios1


El palindrómico título es mi particular manera de personalizar la destacada participación de las estudiantes universitarias en las recientes jornadas de lucha.

 Sairam -Marías al revés- Rivas presidenta del Centro de Estudiantes de la Escuela de Trabajo Social (CEETS) de la UCV, fue detenida por las tropas del general  Rodríguez Torres en la obra suprema de la malignidad planificada del Ministro: el allanamiento que con nocturnidad perpetró los campamentos de nuestros indignados juveniles.

Sairam, junto con  242 jóvenes más,  fue detenida en medio de un operativo que representó un compendio de arbitrariedades, que solo esa modelo de la estatua de la justicia que dirige la FGR no ve, tal vez porque el pañuelo que le tapa los ojos es rojo.

Sembraron evidencias de todo tipo para inculparlos: drogas en cantidades menos que insignificantes para esa cantidad de jóvenes, una pistola y unos dólares nuevecitos fueron el temible arsenal incautado; subliminal forma cruel del Ministro de decir que a Maduro se le tumba con poca cosa. Fue una acusación colectiva, la droga no pertenece a nadie ni la pistola tampoco, después de reseñados soltaron a muchos de esos jóvenes, empezando por los  menores; pero a Sairam la dejaron presa.

Una fina operación le permitió, a lo que a falta de mejores términos llamamos  justicia,  encontrar causas para dejar a Sairam detenida y sin visitas.  Yo sé una porque soy cómplice. Cuando era director de OBE-UCV se me acercó esa niña, de 17 años entonces,  para preguntarme por las providencias estudiantiles, desconocía el término, porque ella iba a sacar a la banda de Kevin Ávila del CEETS.  Me impresionó su arrojo porque confesó que le daba miedo. No dudo que Sairam está presa por eso porque, más que un gobierno, esto es un colectivo de vengativos. 
El pasado 14-05-14 detuvieron a 105 muchachos en una marcha de pacífica para aburrida, soltando a las mujeres y a los menores  después de la consabida ración de sevicia y odio de la GNB. Este uso adaptativo de las leyes ha estado presente en todas las salvajes acciones contra el ejercicio del legítimo derecho a la protesta de la población, está claro que quieren asustar, amedrentar. Ninguna de las liberadas les mostró miedo y si mucho coraje, las Marías en el espejo de Sairam.  No hay cárcel para tanta gente. “Nuestros sueños no caben en sus celdas” rezaba una pancarta ese día.  Sairam, desde el SEBIN, nos manda mensajes por las rendijas de la prisión: que continuemos la lucha y le mandemos libros.  “Estudiar y luchar y la patria liberar” me llegó a la cabeza inmediatamente. 

Toda acción reclama reflexión, no se le puede seguir sirviendo la vanguardia del movimiento estudiantil en bandeja de plata a la represión, hay que conectarse más con los obreros que hacían cola para comprar aceite a dos cuadras de la redada. El gobierno muestra sus miedos al reprimir. Le temen a que María, bondad y valor, esté de nuestro lado. Dios te salve, María. LIBEREN A SAIRAM.


@rricardorios1


lunes, 12 de mayo de 2014

RECHAZO A LA AGRESIÓN A LA PROTESTA ESTUDIANTIL


Como integrantes de la comunidad académica de la UCV, deseamos manifestar nuestro rechazo a la injusta, desmedida e inconstitucional respuesta que el gobierno nacional ha dado a las protestas encabezadas por el movimiento estudiantil. La respuesta a las acciones de los estudiantes ha movilizado a policías, guardias nacionales, cuerpos de inteligencia del Estado, fiscales y jueces, todos puestos al servicio de la represión.


Caso extremo de esta conducta represiva, ha sido el desmantelamiento de los campamentos estudiantiles, sin duda alguna una forma pacífica de protesta, asaltados al amparo de la madrugada por un verdadero ejército armado para la ejecución de esta “valiente” operación. No merecen ningún comentario las insólitas denuncias presentadas por el Ministro de Interior y Justicia, después de esta “exitosa” batalla.  

Como se puede ver, es todo el aparato del Estado en ejercicio del más abierto autoritarismo, con el intencionado esfuerzo por sacar de la protesta pública a toda una generación, ya que además de aumentar cada día el número de jóvenes detenidos, dejan a los otros bajo un régimen de presentación que los excluye automáticamente del ejercicio ciudadano de la protesta, hasta que sea sobreseído el caso respectivo.

Mientras, se proclama demagógicamente un "gobierno de calle estudiantil" y se estimula la formación de "patriotas cooperantes" (en realidad, infiltrados y soplones), enrareciendo aún más las relaciones sociales y el comportamiento ético en el país.

Una patria se cuida con la atención, la educación, el bienestar físico y mental de sus jóvenes. Una patria se defiende con la formación, el ejercicio del libre pensamiento, las convicciones y la mística de sus jóvenes. Una patria progresa cuando se abren oportunidades para el crecimiento y desarrollo personal y profesional de las nuevas generaciones.

Por todas estas razones, sumamos nuestras voces a las que hoy exigen la libertad de los estudiantes de la UCV: Sairam Rivas, en cuyo caso estamos en presencia de una clara retaliación política, ya que no le perdonan haber derrotado a los violentos representantes del gobierno en su propio enclave de la Escuela de Trabajo Social, Manuel Cotiz, Chistian Gil, Dioris Albarrán, Abril Tovar, Gerardo Carrero, Gerardo Resplandor, Nixon Leal, Anderson Briceño, Carlos Pérez y Ángel Contreras.

Como ciudadanos venezolanos,  le exigimos al Gobierno Nacional el más estricto cumplimiento de los derechos fundamentales contenidos en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela: el derecho a la protesta, los derechos humanos consagrados en la Carta de las Naciones Unidas,  de la cual  Venezuela es signataria, así como el cese inmediato de la represión y la libertad plena de todos los estudiantes detenidos.

Sirvan los datos aportados por el Foro Penal Venezolano para hacernos una mejor idea de las dimensiones cuantitativas de la represión:

·   Libertad con medidas cautelares:1532 (84 Menores de edad)
·   Por verificar: 444 (15 Menores de edad)
·   Libertad plena: 399 (48 Menores de edad)
·   Libertad sin presentación: 171 (12 Menores de edad)
·   Privados de libertad: 161 (7 Menores de edad)
·   Retenidos: 156 (14 Menores de edad)
·   Total: 2863 (180 Menores de edad)


viernes, 9 de mayo de 2014

¡A mí me aumentan 100% mínimo! @rricardorios1

En reciente asamblea de profesores de la UCV, el economista José Guerra proclamaba que era imposible que un profesor universitario pudiese llegar a fin de mes con el salario actual, visto que la inflación acumulada interanual  superaría la barrera del 80%. Dado que este destacado académico es responsable y moderado en sus predicciones, a mí se me prendieron todas las alarmas en las  cuentas de ahorro y los cestaticktes.

 A la media hora salieron los nuevos precios de muchos alimentos, con incrementos superiores a 130% y pasé al nivel naranja de alerta de tsunami en pelazón que creamos en el  período previo de discusión de reivindicaciones para los profesores universitarios que motivaron un largo paro de actividades académicas.

El miserable 30% de aumento del salario mínimo que decretó Maduro nos habla de los bordes que no piensa superar en las contrataciones colectivas que están en discusión con el estado, dentro de las cuales estará la segunda contratación colectiva con el sector universitario. Aquí pasamos de alerta de tsunami a ponernos de zafarrancho de combate, porque el fracaso de las mesas de negociación del Ministerio de Educación Universitaria con la Federación de Asociaciones de Profesores Universitarios FAPUV no hacen sino anunciar que las cosas por las que fuimos al paro gozan de buena salud.

La lucha por el reconocimiento de las Normas de Homologación como herramienta de compensación salarial tiene más vigencia que nunca, pero no debe convertirse en un freno a nuestros legítimos derechos. Incluso si fuésemos un país de esos donde los presidentes honran los compromisos (¡existen!),  calcular el aumento salarial como el promedio de la inflación de los últimos años nos dejaría muy rezagados, pelando pues, porque, como bien dijo Guerra lo malo está comenzando. Peor aún, Merentes anunció que era pasajero.

El odio del gobierno nacional hacia las universidades que no controla no amaina, por el contrario se incrementa. La potestad constitucional de que el Consejo Universitario de LUZ organice sus clases atendiendo a las circunstancias propias de esa universidad, fue conculcado por el mismo TSJ que prohibió de facto las protestas ciudadanas, más allá de la majadería leguleya de la resolución que le dio respuesta al libelo filicida que Herman Escarrá introdujo, amparado por la mampara antidemocrática del alcalde de Guacara.

Van a usar todos los mecanismos del poder, incluida su maquinaria mediática, para desconocer a nuestras organizaciones gremiales naturales. Ya los sindicatos de bolsillo están preparando su nueva felonía, nos dirán que somos indolentes egoístas porque queremos aumentos superiores a los que “la clase obrera consciente” aprobó. Vendrán sentencias escabrosas contra nuestra lucha. Sin sorpresas, para los tiranos la libertad es siempre ilegal, creen que denigrando intimidan, que reprimiendo frenan. No entienden el leguaje de los tiempos que corren, se los digo clarito: a mí me suben 100%.


@rricardorios1

domingo, 4 de mayo de 2014

Acerca del Doctorado honoris causa a la Rectora de la #UCV

Como integrantes de la comunidad académica ucevista queremos manifestar nuestro asombro ante la noticia del otorgamiento por el Consejo Universitario del Doctorado honoris causa a la rectora de la Universidad Central de Venezuela y nuestro desacuerdo ante este hecho sin precedente.

En primer lugar porque resulta cuando menos incomprensible que el máximo órgano de dirección institucional dé curso a un procedimiento destinado a conferir  tan alto reconocimiento precisamente a quien lo preside.


Si además se llega a la conclusión, lo que parece inevitable, de que el artículo 2° del Reglamento  del Doctorado honoris causa, en el cual se define la calidad de los méritos que debe poseer el candidato,  ha sido interpretado con conveniente laxitud, será en extremo difícil evitar la impresión de que  la voluntad de autoconferimiento de la distinción ha desempeñado un papel decisivo en el resultado.


Cuando la sociedad venezolana se manifiesta en las calles contra la violenta arbitrariedad y la adulación desmedida características de los últimos tres lustros de la vida nacional, una decisión como ésta en vez de contribuir a movilizar las convicciones sobre el valor de la universidad como sede del pensamiento libre e independiente, favorece la atmósfera de polarización y radicalismo destructivo imperante y deliberadamente promovida.