domingo, 19 de octubre de 2014

El ahorro de divisas por @LuisAngaritaEEI

El comercio internacional ha crecido en importancia para todas las naciones, sobre todo desde la segunda mitad del siglo XX, y particularmente en el avance del siglo XXI. La mayoría de los países anclan su modelo de desarrollo económico a partir de su participación en el comercio mundial.

Pero la participación en el comercio prevé grandes retos para todos los países, y su posición frente a él no siempre ha sido armónica. Ante el creciente volumen de intercambio de mercancías, la postura de los países para facilitar el intercambio ha variado y responde principalmente a la posibilidad de generar ingresos externos en forma de divisas, por un lado, y, la facilidad de acceder a bienes baratos que satisfagan las necesidades internas, por el otro.

Esta relación entre ingresos y egresos ha sido uno de los principales temas para los países en vías de desarrollo ya que presentan poca flexibilidad en la oferta de productos y servicios que pueden generar entradas externas en forma de divisas, y presentan necesidades crecientes para cada una de sus poblaciones, de allí que le tendencia moderna de los modelos de desarrollo apunten a la diversificación de la producción nacional.

En el pasado, diversos modelos han respondido a esta posición de equilibrio externo. Por ejemplo, el modelo de sustitución de importaciones apostaba al ahorro de divisas que se generaba al crear una industria que compitiera con el producto importado. En otras ocasiones, la apertura comercial ofrecía la oportunidad de crear más  producción nacional que permitiera ingresar a los mercados internacionales y así generar una mayor entrada de recursos externos.

Por otro lado, en épocas de crisis, la  necesidad de ahorro de divisas se ha hecho presente en momentos como el de crisis de deuda externa latinoamericana de los ochenta, forzando a los países a hacer uso de mecanismos alternos de pagos (ALADI), debido fundamentalmente a la escasez de recursos que facilitan el comercio internacional.

En la actualidad, en el país se presenta una situación delicada en cuanto a su balance externo ya que, desde hace por lo menos 6 años, se han implementado medidas de restricción en la asignación de divisas que permitan un ahorro externo; en un escenario donde los ingresos (originados fundamentalmente por la industria petrolera) no han crecido, en contraposición con las necesidades crecientes de bienes importados, (relativamente más baratos que la mercancía nacional). Dicha restricción la evidenciamos en medidas como la reducción de licencias de importación de carros,  las de certificación de “Producción Nacional Insuficiente” o de “No Producción Nacional”, y más recientemente en la reducción de pagos y morosidad con proveedores externos en áreas de alimentación turismo y medicinas entre otros.

En tiempos de crisis externas de Balanza de Pagos, se hace una vez más presente la necesidad de ahorro de divisas, y este ahorro debe observar el criterio de priorizar el gasto que se le asigna a cada una de las divisas otorgadas. Uno de los principales criterios que debe obedecer es la posibilidad de crear mayores capacidades en el futuro de generar una producción nacional con capacidad de competir en el mercado internacional, y apostar por la educación siempre ha sido una estrategia de desarrollo plausible para muchas naciones. La reducción de recursos a los investigadores de las universidades va en contrasentido a este criterio tan importante para el progreso de la nación.


Luis Angarita

luisangarital@gmail.com

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